A menudo los padres de nuestros alumnos nos preguntan qué pueden hacer para que sus hijos mejoren los resultados en los test de inglés. Y siempre suelo aconsejar lo mismo: tienen que estudiar más. Hacer los deberes es crucial para que asienten el conocimiento adquirido y se hagan más preguntas. Y sí, los verbos irregulares hay que estudiarlos. Y el vocabulario. Y los phrasal verbs. Entonces me he dado cuenta, en un momento de epifanía, de que no todo el mundo estudia de igual forma.
Partimos de una premisa que los profesores damos por sentado pero no así padres y alumnos. Y madres y alumnas, no se me entienda mal, pero es que pienso en inglés. La premisa es que a la academia vienen dos horas a la semana. Dos raticos sólo. Y cándidamente pensamos que los alumnos vuelven a sus casas y se ponen a repasar lo visto en clase. Fíjate que cosa. Y que los parents no van a excusar a los niños cada vez que no hagan su trabajo -que no es otro que ir al cole y estudiar, nada más- con el tema de que están saturados. Por ponerlo blanco sobre negro, ahora están en la edad ideal para absorber y aprender todo lo posible.
Aburrirse en clase ocurre cuando no se pone toda la atención en lo que se está haciendo, por miles de cosas: problemas en el cole, enamoramientos adolescentes, preocupaciones por algo que ocurra en casa…Nuestra labor en el aula es que aprovechen al máximo las dos horitas que están en clase. Pero para sobresalir EN CUALQUIER MATERIA hay que dedicar un tiempo a trabajar en casa.
Y estudiar es leer, escuchar, memorizar, ver y crear.